Lunes 15 de julio de 2024 | Actualidad | 359 Visitas
A Coruña tiene arrugas, presbicia e hipertensión. Está envejecida, como le ocurre al resto de las ciudades gallegas y, en general, del territorio nacional. Aquí, uno de cada cuatro habitantes tienen más de 65 años, así que se mire por donde se mire es casi imposible no encontrarse a un octogenario en la parada del autobús o a una mujer de avanzada edad arreglándose el cardado, que para eso en esta urbe hay una peluquería en cada esquina. Otra cosa es que estos mayores estén más o menos familiarizados con conceptos como cringe, delulu o la resignificación del término divorciada, pues dependiendo de dónde vivan, tendrán más posibilidades de escuchar por la calle un tema de La Zowi.
No todos los distritos tienen el mismo volumen poblacional, pero si este fuera equitativo, podría decirse que hay más papeletas de ver a dos chavales grabado un TikTok en Os Castros que en O Ventorrillo. Dividiendo por generaciones a los habitantes de cada distrito de la urbe, podemos saber dónde están más representados los boomers y esas cohortes con las que se establecen brechas generacionales cada vez más profundas.
Agra do Orzán: territorio «boomer» (1946-1964)
Población: 26.000 habitantes
Renta bruta media: 23.627 euros
Precio del metro cuadrado: 1.874 euros
Es el barrio gallego con más densidad de población, y uno de esos enclaves donde la mezcla cultural está totalmente asentada por tratarse de una zona obrera con, hasta hace poco, el precio del suelo más barato de la ciudad. Cuenta con la que fuera una de las arterias comerciales más potentes de A Coruña, la calle Barcelona, hoy haciendo todo tipo de encajes de bolillos para poder seguir con vida. El 22 de diciembre del 2022 el barrio vivió uno de los mejores días que su historia, cuando el Gordo de la Lotería de Navidad premió a buena parte de sus vecinos.
El 31 % de los residentes en el Agra son boomers, o lo que es lo mismo, aquellos que hoy rondan la edad de jubilación. Une a esta generación que se trata de un grupo poblacional que tiende más a lo colectivo que al individualismo. Que hayan sido testigos de algunos de los cambios más sustanciales de la historia reciente les ha llevado a demostrar una resiliencia que no se encuentra en otras generaciones, aunque su capacidad de adaptación a la tecnología les limita frente a los que vienen detrás.
Pescadería y Ciudad Vieja, donde vive la generación X (1965-1981)Población: 13.000 habitantes
Renta bruta media: 39.114 euros
Precio de metro cuadrado: 3.633 euros
Uno de cada tres vecinos que vive en la Ciudad Vieja y Pescadería tiene entre 44 y 60 años. Se trata de zonas nobles que, aunque viven un auténtico revival entre algunos treintañeros, todavía están gobernadas por la generación X. La renovación de lugares estratégicos como San Agustín, San Nicolás o la Ciudad Vieja, donde la restauración y el ocio vuelven a abrirse camino, convierten este entorno en una de las nuevas millas de oro de la ciudad que, los más jóvenes, no pueden permitirse.
También conocidos como xennials, son los últimos que recuerdan de manera nítida la vida sin Internet, y que sin embargo han tenido que adaptarse a la vida digital tan rápido y bien como sus predecesores. Crecieron en el marco de una libertad de la que no habían disfrutado sus padres, como la posibilidad de divorciarse o la incorporación de la mujer al mercado laboral. Conscientes del esfuerzo que habían hecho sus progenitores por sacarlos adelante —hijos de la posguerra—, apelan con frecuencia a la meritocracia y tienen el sacrificio y el esfuerzo como punta de lanza de los valores que debe tener un ciudadano.
Novo Mesoiro: el barrio joven por excelencia es de los «millennials» (1981-1996)
Población: 13.000 habitantes
Renta bruta media: 21.162 euros
Precio del metro cuadrado: 1.570 euros
Hay más millennials en otros barrios con mayor densidad de población, pero porcentualmente Novo Mesoiro (25,4 %) se lleva la palma. En este barrio que nació hace veinte años es definido por sus vecinos como un lugar «joven y con todos los servicios». La falta de obra nueva llevó a que infinidad de familias jóvenes y con hijos se instalasen en esta zona, donde los más pequeños cuentan con todo tipo de servicios y el concepto kidfriendly está totalmente instaurado en los locales que peinan sus calles.
A la generación millennial pertenecen los nacidos entre 1981 y 1996. Con grandes diferencias entre quienes ya peinan canas y aquellos que aún no tienen treinta años, los nexos que en principio vinculan a los millennials son el inconformismo ligado al individualismo y una preparación y capacidad multitarea que supera a la de las cohortes anteriores.
Os Castros, aquí los Z pisan fuerte (1997-2010)
Población: 10.000 habitantes
Renta bruta media: 31.980 euros
Precio del metro cuadrado: 2.077 euros
De estos polluelos, algunos son menores de edad, mientras otros comienzan a transitar por la vida adulta. Con una pirámide de población cada vez más invertida, se reparten por la ciudad de manera más o menos homogénea, aunque es en Os Castros donde, en porcentaje (15 %), se concentran más jóvenes pertenecientes a la generación Z. Es curioso, porque precisamente el vecino O Castrillón es el barrio más envejecido de la urbe, y casi la mitad de la población tiene más de 65 años.
Según The New York Times, los miembros de la generación Z siguen un patrón basado en el contexto digital en han llegado al mundo. Aceptan nuevas ideas y su concepción de vida digna no pasa obligatoriamente por conseguir un buen trabajo, y priorizan la autorrealización y su bienestar emocional a cuestiones más valoradas por otras cohortes, como el estatus.